Acostumbro a ver la montaña del Montseny desde Palautordera. Desde pequeño, la he visto siempre desde este lugar, e identifico la montaña con su perfil característico. Pero el caso es que, si uno va a Arbùcies o a Viladrau, la forma de la montaña es tan diferente que no sería capaz de reconocerla. Ah!, ¿Acaso no es eso el Montseny? Por supuesto que sí, pero visto de otra manera. Las cosas, según se vean desde arriba, desde abajo, por la derecha, por la izquierda,presentan formas diferentes, y uno se pregunta, ¿Cuál es la visión más correcta de las cosas ? Pues bien, cada una de ellas…
Cuantas más visiones tengamos de una cosa,más completo será el conocimiento que tengamos de ella. En este sentido, el teólogo Hans Urs Von Balthasar, en su libro «La verdad es polifónica», nos dice, en definitiva, que una misma verdad puede ser vista de diferentes maneras. Constata en ese libro, dirigido al público en general y a las comunidades cristianas en particular, que unos y otros vemos la diversidad como un peligro, en lugar de verla como una riqueza: miramos a quien es diferente con recelo y desconfianza, valoramos negativamente grupos de personas sin tener un fundamento auténtico, y lo hacemos bajo la tiranía del prejuicio y del estereotipo. l
Y, entonces, nos preguntamos: ¿Por qué damos por buena una visión distorsionada de la realidad? Pues bien, sencillamente por la tendencia innata que tenemos a creer que lo nuestro es lo mejor, que nuestra cultura es superior a las otras. Y esta sobre-valoración de lo propio es peligrosa porque ha sido el motor de muchas de las barbaridades que se han cometido a lo largo de la historia. Si aspiramos a romper este círculo vicioso, tenemos que aprender a mirarnos con la mirada de los otros: esto nos ayudará a analizar nuestros prejuicios, y ganaremos en flexibilidad y tolerancia, nos ayudará a ponernos todos en el mismo nivel, sin estar nadie por encima de nadie. Y teniendo muy presente que el diferente, especialmente el recién llegado, el inmigrante, cuando llega, está en una situación de extrema debilidad y vulnerabilidad; por eso, es tan importante la acogida. El paso que, todos juntos, tendremos que dar es que nuestra convivencia, a menudo desconfiada y recelosa, llegue a ser motivo de un enriquecimiento mutuo basado en la confianza, la amistad, el diálogo y el amor.
Acerca del autor
Licenciado en Ciencias Químicas, Master en Astronomía, casado con Blanca, dos hijos, cuatro nietos, colaborador habitual de Ràdio Estel, de Ciutat Nova y de CAT-Diàleg. Asesor ocasional de la Eurocámara en temas de medio ambiente.